Clamando al Mesias #1 – OH SABIDURIA!
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¡Saludos en Cristo Jesús! 17 de diciembre. Comenzamos la reflexión de las Grandes Antífonas de Adviento. Para comenzar, escucharemos la antífona de hoy, llevada a cabo por el p. Tomasz Jarosz, redentorista.
Esta antífona de hoy se compuso a partir de dos citas extraídas del Antiguo Testamento: del libro del Eclesiástico y del libro de la Sabiduría. Echemos un vistazo a estos fragmentos en estos libros y veamos qué es la Sabiduría de Dios según los autores de estos libros y cómo se usa. El autor del primero de los libros nos transmite palabras de la misma Sabiduría: “Yo salí de la boca del Altísimo, y cubrí como niebla la tierra”. Esto está relacionado con el momento de la creación, y por tanto, la sabiduría de Dios estaba junto a Dios desde el momento de la creación del mundo. Estaba junto a Él en la historia del pueblo elegido, en la historia de Israel. Su actuación podemos percibirla también en la historia de personajes famosos: jueces, profetas, patriarcas, reyes. La lectura de este libro nos lleva a una conclusión: toda verdadera sabiduría proviene de la Sabiduría de Dios. Cada persona está llamada a buscar esta sabiduría, a aprenderla, pero, sobre todo, a utilizarla en su vida cotidiana, porque es el don más grande que recibimos de Dios. El autor del libro nos conduce también hacia una segunda conclusión: a vivir una vida plena; para nosotros es necesario lograr esta sabiduría teórica y práctica. Por una parte, es necesario nuestro esfuerzo intelectual: conseguir experiencias, conversaciones con sabios; y, por otra, también supone nuestro esfuerzo en el actuar: un comportamiento autodisciplinado, disciplina. El autor de este libro subraya que, para dirigirse con sabiduría, es necesario sobre todo, el temor de Dios, pues éste es el comienzo de la sabiduría. Sin embargo, la segunda cita veterotestamentaria que encontramos en la antífona de hoy proviene del libro de la Sabiduría: “Se despliega vigorosamente de un confín al otro del mundo y gobierna de excelente manera el universo”. Éstas son palabras utilizadas como resumen del himno de alabanza a la sabiduría. El autor del libro describe en él la naturaleza y características de la Sabiduría con ayuda de 21 adjetivos. De esta manera simbólica (resultado de multiplicar las cifras 3 y 7) muestra la plenitud de toda perfección, la cual encontramos en la sabiduría de Dios. Con este trasfondo veterotestamentaria se construye el mensaje neotestamentario de la antífona de hoy. La sabiduría, que sale de la boca del Altísimo es el Señor, Cristo, Logos, Palabra, por quien todo fue creado. Él es el maestro de la Sabiduría de Dios, Él es la perfección, Él gobierna a todos con poder y dulzura. Por eso hoy clamamos: “Ven y enséñanos los caminos de la prudencia”. La prudencia es extraordinariamente importante en nuestra vida de fe, en nuestro comportamiento, en nuestra relación con Dios y con el otro. Ocupa también un lugar esencial en el catálogo de las virtudes cardinales. Podemos leer sobre ella, por ejemplo, en el catecismo “YOUCAT”: “La virtud de la prudencia regula todas las demás. Porque la prudencia es la capacidad de reconocer lo justo. Quien quiera vivir bien, debe saber qué es el «bien» y reconocer su valor. Como el comerciante en el Evangelio: «al encontrar una perla de gran valor se va a vender todo lo que tiene y la compra». Sólo el hombre que es prudente puede aplicar la justicia, la fortaleza y la templanza para hacer el bien”. Pidamos, pues, a Dios Su sabiduría, para que sigamos los caminos de la prudencia y tengamos vida en abundancia. ¡Alabado sea Jesucristo! ¡Nos vemos mañana!
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