La cominidad apostólica

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La cominidad apostólica

¡Un saludo especial de vida misionera para todos ustedes! 

Soy Cecilio Alberto Eseverri Laspalas, en estos momentos, Vicario General de la Congregación. 

Quisiera desarrollar 3 puntos en esta Presentación:

  1. Introducción
  2. Artículo 1: La comunidad en sí misma, (CC 21 y 22)
  3. Artículo 2: La presencia de Cristo en la comunidad, (CC 23, 24, 25)

INTRODUCCIÓN 

En primer lugar, darles las gracias por esta, muy buena, iniciativa de presentar las Constituciones de una forma abierta y pública ya que, además de ser el “secreto mejor guardado” por los consagrados redentoristas también son una joya espiritual para cada persona, la Vida Consagrada y la Iglesia.

Hoy comenzamos el Capítulo II de nuestras Constituciones: LA COMUNIDAD APOSTÓLICA. Si bien el capítulo habla de la comunidad apostólica y, por ello, el tema más importante es la comunidad, en estas constituciones que trataremos hoy, el artículo 2 “La presencia de Cristo en la Comunidad”, debiera ser el aspecto central y primero de nuestra misión y vida en comunidad. 

Permítanme subrayar, antes que nada, 2 aspectos esenciales de la identidad redentorista:

  1. La Vida Apostólica de los Redentoristas según la Const. 1, en su último párrafo, dice: “La Vida Apostólica, que comprende a la vez la vida de especial consagración a Dios y la actividad misionera de los redentoristas”. No una sola, sino las dos. 
  2. En el Artículo 3 del Capítulo III se dice: “La misión unifica toda la vida” 

Y, entrando en nuestro tema de hoy, 2 principios sobre la comunidad apostólica:

  1. La Comunidad Apostólica para los Redentoristas está en función de la misión y no al revés. 
  2. La Comunidad Apostólica es evangelizadora en sí misma.

Art. 1: La comunidad en sí misma, (CC 21 y 22):

  • Const. 21: La misión y la vida en comunidad: “Para responder a su misión en la iglesia, los redentoristas llevan a cabo su acción misionera de modo comunitario”. Así, “es ley esencial de la vida de los congregados vivir en comunidad y realizar la obra apostólica a través de la comunidad”. La misión y la vida deben ser decididas y realizadas en comunidad. 
  • El tercer párrafo, pedido por la Congregación de Religiosos, señala los aspectos espirituales y jurídicos de la comunidad: “no solo la cohabitación material de los cohermanos, sino a la vez, la comunión de espíritu y de hermandad”. 
  • Const. 22: La comunidad al servicio de la misión: Con base en el modelo de las primeas comunidades cristianas (Hch 2, 42-45) “Las formas concretas de esta vida comunitaria deben acomodarse a las necesidades de la evangelización”.
  • Lo normal es la vida y misión en una comunidad local pero se acepta, en casos especiales, por circunstancias particulares y de modo temporal, con el consentimiento del Superior Mayor y su Consejo, la “comunidad personal”. 

 

Esto no justifica la misión de tipo individualista. Ni tampoco la actitud de quienes viven físicamente en comunidad pero no participan de la misión y vida de la comunidad. 

  • Desde los inicios de la Congregación, S. Alfonso entendió la comunidad al servicio de la misión: lugar de las casas, la capilla cerca del ingreso de la casa, etc.

 

Art. 2: La presencia de Cristo en la comunidad, (CC 23, 24 y 25):

Estas constituciones son como el corazón de este capítulo partiendo del misterio salvífico de la Santísima Trinidad (Padre, Hijo y Esp. Sto.). Por ello, si en nuestra comunidad apostólica y en cada cohermano Jesucristo no es el centro de nuestra misión y vida, ¿quién o qué ocupa ese lugar?

  • Const. 23: Cristo centro de nuestra vida: De modo que la misión y la vida de la comunidad se basa en la misma vida de Cristo. Comunión con Cristo y Misión con Cristo son una misma realidad.  
  • Const. 24: El espíritu de contemplación es necesario para adentrarse en los sentimientos y el misterio de Cristo y el Padre. Así en el segundo párrafo se hace imprescindible el discernimiento para descubrir en la vida los “Kairós” del Redentor. Parece como si todo se orienta hacia el Padre. 
  • Const. 25: La presencia y guía del Espíritu Santo es esencial en la misión y la vida de los redentoristas. El Espíritu Santo está actuando permanentemente en nosotros para conformarnos con Cristo, tener sus mismos sentimientos y compartir su mismo modo de pensar. Él nos impulsa interiormente a la acción apostólica y según nuestros carismas para mirar todo y a todos con los ojos de Dios. 

Autor: Cecilio Alberto Eseverri Laspalas CSsR

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