Relación

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Relación

– ¡Hola, amigos! Bienvenidos al tercer capítulo de “Jóvenes para Jóvenes”. Hoy queremos hablar con vosotros sobre las relaciones. Para ello, he invitado hoy a la hermana Bartłomieja de la Congregación de las hermanas de San José. ¡Bienvenida, hermana!

– Un cordial saludo.

– La hermana es también catequista en el Equipo de Escuelas Económicas en Toruń, cada día está y trabaja con jóvenes, por lo que sabe sobre las diferentes relaciones y cómo son estas relaciones, quizás no siempre del todo, pero sabe de seguro cómo deberían ser y este conocimiento compartirá hoy con nosotros. Sin embargo, la primera pregunta, antes de hacérsela a la hermana, os la hago a vosotros: en vuestra opinión, ¿cuáles deberían ser los fundamentos de una relación?

– Yyyyyy…..

– Los fundamentos básicos…

– La conversación

– ¿Qué más?

– ¡Vale, tenemos conversación!

– Los fundamentos básicos de una relación para ti son…

– La sinceridad.

– Crees que los fundamentos básicos de una relación son…

– La confianza.

– ¡Genial! ¡Gracias!

– ¡Gracias! Merece la pena empezar por los fundamentos, pues una relación es algo que nos acompaña en la vida diaria y quizás no somos capaces de protegernos ante lo que es una relación con otra persona. Por tanto, ¿cuáles deberían ser los fundamentos de una relación, por qué deberíamos empezar?

– Para mí, el fundamento de una relación con cualquier persona y con Dios es precisamente la confianza en esa otra persona y el respeto, el ver en esa otra persona su dignidad, su belleza, todo lo que tiene, posee, con lo que Dios le ha obsequiado.

– Y si… estas relaciones se dan, cada una será diferente a lo que vamos a decir. Pero en las relaciones aparecen también estas relaciones poco cómodas, difíciles, situaciones en las que no siempre nos llevamos bien… ¿qué poner en la base de una relación así, que no es cómoda para nosotros? ¿qué hacer para que funcione con otra persona cuanto tenemos que, por ejemplo, trabajar, ir al colegio o convivir en un mismo lugar?

– Bueno, el respeto por esta persona… y comprenderla, acogerla tal y como es. Pues… sí, bueno, a veces hay que vivir con esta otra persona, y puede ser que no seamos con ella muy simpáticos o a lo mejor a menudo no le caemos bien. A mi, por supuesto, también me ayuda la oración por esa persona que a veces no me cae tan bien.

– Con la que es más difícil…

– Con la que es más difícil, exacto… Y también la defensa de su nombre a cualquier precio, es decir, no entrar con alguien en la negación de esta persona, en la crítica… sino defender a esa persona. Realmente esto ayuda mucho, pues entonces se ve mucho bien en esta otra persona, a pesar de todo, incluso cuando nos saca de quicio, pero, precisamente, todo en la naturaleza es bueno.

– Buscar aquello que es bueno y positivo…

– Eso, sí, y no centrarse en lo que nos molesta.

– Bien, ya mencionamos que estas relaciones son diferentes y ahora mi segunda pregunta, la cual os quiero dirigir primero a vosotros: ¿Qué tipos de relaciones conocéis?

– Diversidad de relaciones… es decir, ¿cuáles conoces?

– Pues, cada relación tiene una historia distinta y cada uno siente de modo distinto estas relaciones.

– ¿Y qué tipo de relaciones conoces?

– Tipos de relaciones…. Pues no sé… Compañeros, amigos, esponsales… más profundas, menos…

– ¡Gracias!

– Cada relación es verdaderamente única. Cada uno entra de modo distinto en una relación y cada uno también da esta relación con otra persona de manera diferente.

– Alguien puede llevar mejor con alguien, y con otra persona no tanto, por ejemplo…

– Cada relación es única, dependiendo de las personas que la crean, depende de sus caracteres.

– ¿Cuáles son las principales relaciones que acompañan al hombre y que nos guían por la vida?

– La primera es con la madre, en el vientre materno, cuando vivimos allí, nos es agradable y cálido, quizás sea la relación más bella e íntima, irrepetible. Y después, en el desarrolló: con los padres, hermanos, abuelos… esta es una relación encantadora, llena de amor, de preocupación y cuidado. Y más tarde con los compañeros de colegio, en el patio, a veces estas relaciones perduran, más tarde, en la adultez, estas relaciones con un chico, con una chica, y luego ya en el matrimonio, o también, dependiendo de si has escogido esa vocación, con Dios. Pues, de hecho, todas ellas para nosotros, cristianos, se refieren a Dios, tienen allí su fuente.

– Sí, y cuando esta relación con Dios se nos hace difícil, incluso a veces queremos vincular esta relación con Dios, con Cristo, pero tenemos en algún lugar cierta resistencia y a menudo se oye que esta relación es difícil, pues puede que no haya resistencia, pues asumimos que queremos crear esta relación, sino que encontramos dificultad. ¿De dónde procede? ¿de nuestras relaciones aquí, con nuestros familiares, con nuestros padres?

– Seguramente proceda de algún lugar, pero verdaderamente cada relación es una oportunidad para una vez más arriesgarse a confiarse a alguien. Y con Dios así es esta relación, en la que Él no te abuchea, ¿no? El Señor Jesús nunca te dejará, pero para que realmente sea una relación profunda, también tiene que haber por nuestra parte el querer y, bueno, también un cierto „imponer” al Jesús en algún lugar, pues… “necesito esta relación, enséñame”; también a menudo hay que pedírselo. O por intercesión de María pedir para que sepamos estar con Él. Y también, entonces, por medio de ello entablar relación con otras personas.

– Es decir, volverse hacia nuestro mejor Maestro, que puede mostrarnos todo. También la hermana ha tocado un tema y mencionado que nosotros mismos tenemos que querer abrirnos a esta relación y nosotros mismos tenemos que querer aspirar a ello, ¿verdad?

– ¿Piensas que abrirse a las relaciones es importante?

– Es importante, pues forma a la persona

– ¿Y por qué?

– Porque actuar en sociedad nos ayuda a encontrar los caminos seguros, a los que aspiramos.

– ¡Wau! ¡Esto fue de psicólogo!

– ¿Por qué es importante? Es importante porque si no nos abriéramos a las relaciones, entonces no tendríamos nunca ninguna relación con otra gente. Y si no tenemos relaciones, estaríamos solos toda la vida.

– Has ido directa a mi siguiente pregunta: ¿Por qué? ¡Muchas gracias!

– Creo que sí, porque, entonces podremos escuchar mejor a alguien y ayudarle.

– ¡Gracias!

– Sí, porque si nos cerramos a otra persona, no tenemos la posibilidad de que esta relación se desarrolle.

– Gracias.

– Entonces, hermana, ¿por qué vale la pena?

– Bueno, porque la persona no es una isla solitaria y no ha sido creada para estar solo. Todos necesitamos a otra persona y relaciones, sobre todo amistad, que tiene su fundamento precisamente en la amistad con Jesús y, verdaderamente, incluso una persona no creyente o que busca a Dios, que está alejada, te digo que lo mejor que puede hacer es ir a un amigo o amiga, hablar y decirle qué le pasa por el corazón, de verdad que eso ayuda. Además, seguramente la mayoría de nosotros tiene esa experiencia, sea compañeras o compañeros, pero precisamente esta relación profunda de amistad. Se trata de un tipo de amor y fluye desde este amor. Y también… ¿qué ha sido eso? Lo cortaré 🙂

– ¿Por qué merece la pena abrirse a una relación así y cómo hacerlo?

– Pienso que a veces buscamos muchas relacionas así. Yo ya no soy de esta época en la que están Facebook, etc… todos estos Instagrams, y esta relación de amistad vino sola, simplemente. Hoy veo que es un regalo de Dios, simplemente vino solo.

– ¿Se mostró sola?

– Se mostró sola y es hermosa, es pura sobre todo, es buena, es fuerte.

– Una de verdad, como la que todos necesitamos.

– Todos la necesitamos, exacto.

– Y si la hermana tuviera, finalmente, que dirigir ahora algunos pocos consejos, tantos como le vengan a la hermana a la cabeza, a nuestros oyentes, a aquellos que nos ven, que se topan con nuestro episodio, algunos breves consejos “técnicos” sobre “cómo cuidar una relación” o “cómo construir una relación”.

– ¿Cuidar una relación?… Hay que tener contacto con esta persona. No se puede salir con un chico y no llamarlo, no encontrarse con él… igual que en un matrimonio, lo mismo en la amistad. Hay que buscar el contacto tanto como se pueda. Yo también, siempre que tengo que quedar con amigos, ya sea del instituto, ya sea en vacaciones o cuando sea, intentamos siempre buscar algo de tiempo para reunirnos. Y pienso que esto es importante. También el apoyo mucho, ya sea por la oración, o incluso por un mensaje de “cómo estás” “qué tal”… llamar… de seguro el contacto, ordinario, humano… sencillamente habitual.

– Estar con ellos, acordarse de ellos.

– Sí, incluso aunque estemos lejos, escribir por el santo, el cumpleaños, alguna carta… Yo a menudo escribo postales y las envío, y es agradable.

– Una técnica un poco olvidada…

– Bueno, pero es muy agradable. Y es bonito escribir a mano postales, puedes comprar en cualquier sito una postal simpática, buena… y bueno, es necesario para construir una relación.

– O sea, ¡estemos en contacto y apoyemos!

– No olvidemos a esta gente cercana, sino también ¡sin exagerar! No los acaparemos porque sencillamente saldrán huyendo, debe haber cierta libertad en la relación.

– Me ha venido un poco, como decía la hermana, una frase leída en internet que dice que “una relación es como un vaso, no podemos apretarla con fuerza, pues se romperá, ni sujetarla sin demasiada fuerza, pues se nos caerá, debemos sujetarla correctamente”. Y me parece que así podemos resumir nuestro capítulo. Te agradezco enormemente, hermana, por habernos dedicado tiempo y por esta conversación. A vosotros, amigos, os invito al. siguiente episodio, en un mes, con nuestros siguientes invitados. Gracias por estar con nosotros y por vernos, y el que de vosotros todavía no haya visto los dos capítulos anteriores, os animo encarecidamente a hacerlo, están en el canal, por lo que dejaos caer por allí y poneos al día. ¡Hasta el próximo mes!

– ¡Adiós, gracias!

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