Venerable Siervo de Dios padre Bernard Łubieński

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La finalidad de la acción misionera
Testimonio: Venerable Siervo de Dios padre Bernard Łubieński,
hombre de gran valor

  

Me encuentro frente a la puerta de una iglesia que le era muy conocida a un cohermano mío, un venerable siervo de Dios que, un día, si Dios quiere, será canonizado. Su nombre es padre Bernard Łubieński. Voy a contaros algo sobre él.

El padre Berdnard Łubieński conocía este lugar muy bien, y conocía muy, muy bien este campanario. Puedes dar mil vueltas por los alrededores y ver nuestro campanario ahí arriba por encima de todo, y sabes que ahí tienes un punto de referencia, nunca te perderías. El padre Bernard fue destinado aquí recién ordenado sacerdote, y ejerció su ministerio en esta misma iglesia tras de mí, y esto es algo de lo que me siento muy, muy orgulloso, porque yo soy el párroco de esta preciosa iglesia en estos momentos. Cuando contemplo la belleza en esta iglesia, y pienso en cuántas veces, cuántas horas, cuántas misas, el padre Bernard habrá dicho, celebrado o rezado en aquellos días en los que él estaba aquí recién ordenado. Se le destinó aquí para trabajar con la gente del lugar, pero especialmente para atender a los pobres, a los abandonados y a los inmigrantes polacos que estaban aquí en aquel tiempo. Y eso fue lo que el padre Bernard hizo. Él era polaco, nació en Polonia, y tenía 12 años cuando llegó a Inglaterra (hablaré sobre ello también en breves). El padre Bernard también fue conde Łubieński. Era un noble y era un aristócrata. Sabemos que era capaz de usar su influencia en la obra misionera que realizaba, y que la gente confiaba en él, y que la gente sabía que era un hombre íntegro, alguien en quien podían confiar. El padre Bernard trabajo aquí durante 10 años o así. Fue un trabajo especial que realmente lo educó. Y cuando, siendo anciano, él estaba en Polonia, decía que esta iglesia era, y cito: “Una escuela de vida perfecta, en la cual aprendí el arte de acercarme a las almas en el púlpito y en los confesionarios”. Fin de la cita. Así que el padre Bernard aprendió algo aquí, y aprendió algo importante. Aprendió el arte de acercarse a las almas con la deferencia que merecen.

El joven conde Bernard Łubieński vino a Inglaterra para recibir una educación de primera clase, ésa era la intención de sus padres, y le mandaron a la Escuela Saint Cuthbert (cázber), en Ushaw (Áshoo), que era una escuela prestigiosa del momento en Durham (Dáram). Fue allí de joven, sin saber realmente de qué se trataba. Pero se adaptó muy bien a allí, le fue muy bien con los estudios, pasó una buena época, y tuvo mucha gente en su vida y a su alrededor que le influenciaron positivamente y se aseguraron de que recibía lo mejor. Entre esas personas estaba su tío, el obispo Łubieński. Por lo tanto, tenía mucha gente buena a su lado para asegurarse de que recibía una correcta educación. Pero entonces, cuando tenía 14 años, el padre Robert Coffin vino a Durham, y dio a los estudiantes sus retiros y, durante estos retiros, el padre Coffin, redentorista de este monasterio, estaba exponiendo las virtudes y maravillas de la espiritualidad redentorista o alfonsiana.  Esta fue la primera vez que el conde Bernard Łubieński se cruzó con la espirtualidad alfonsiana y le hizo una marca indeleble en su alma y él pensó que eso era algo realmente maravilloso y algo bastante maravilloso en la espiritualidad alfonsina (qué razón tenía). Cuando terminó la escuela con 18 años, tomó la determinada decisión de que su vida estaría entregada al servicio de Dios, por lo que iba a seguir su vocación. Fue a los dominicos, y le dijeron “no, gracias”; fue a los jesuitas, y le dijeron “no, gracias” (somos afortunados). Pero entonces, el padre provincial de los jesuitas, el padre Alfred Weld, dijo a Bernard: ve a los redentoristas y mira si encuentras algo con ellos. Eso hizo y realizó su corto noviciado en el monasterio Obispo Eton en Liverpool. Recientemente tuve el privilegio de ser el superior allí, pero ahora lo soy de aquí, lo que también es un privilegio. Fue maravilloso descubrir que yo estaba en la misma casa en la que estuvo Łubieński, mientras intentaba desesperadamente seguir el camino que el Señor le había marcado como joven novicio. Como joven ciertamente habría tenido ese corazón puro intentando buscar la voluntad de Dios para él en su joven vida. Tomó sus votos y, entonces, fue a estudiar y fue ordenado con 24 años, siendo un hombre joven. Comenzó sus estudios en una escuela secundaria en un país extranjero, en un lugar extranjero y todo esto fue el modo de Dios de conducirlo y dirigirlo finalmente a una ordenación a los 24 años. Cuando fue ordenado, el provincial, el padre Robert Coffin, mandó al padre Łubieński aquí, a Clubham, y, como os de dicho en nuestra visita al archivo, fue cuando hizo del padre Bernand su secretario, el secretario provincial y el archivero provincial. Entonces, agradecemos a Dios por el trabajo que hizo y que tengamos el fruto de este trabajo hasta el día de hoy. El padre Coffin también era muy entusiasta de que el padre Bernard Łubieński un día volviera a Polonia y llevara de vuelta a casa a los redentoristas. Ellos estuvieron ahí casi desde el comienzo de nuestra congregación cuando san Clemente Hofbauer llevó a los redentoristas a través de los Alpes desde Italia a Polonia, y allí fueron fundados hasta que fueron expulsados por la fuerza algunos años más tarde. Bernard siempre había soñado con volver a llevar a los redentoristas de vuelta a Polonia y esto fue, de hecho, lo que hizo. Pero fue gracias al padre Coffin, pues él fue quien dijo al General que asumir esta misión, que el padre Bernard Łubieński llevaría a cabo, sería una buena misión y podría ser una misión provechosa para los redentoristas. De nuevo pienso que fue profético con estas palabras que dijo al General, porque, de hecho, dijo la verdad.

Y un lema que el padre Bernard Łubieński conocería muy bien: “Copiosa apud Eum Redemptio”. En el Señor la redención es abundante. Y esta es una de las cosas por las que el padre Bernard era bien conocido: por su abundante redención. Creía en la “abundancia” del Señor, y creía que cualquiera que se acercara al Señor recibiría redención y abundancia, y esa es una de las cosas que mucha gente decía sobre el padre Bernard cuando se le preguntaba sobre él después de su muerte. Él hablaba sobre esta abundante redención.

Hay muchas más historias por contar del venerable Bernard Łubieński. Sin embargo, este vídeo no va a proporcionarlas por entero. Se harán muchos más vídeos sobre su vida maravillosa. La razón de este vídeo era mostrar algo sobre el joven chico, el joven conde, en su educación en Durham, para pasar a ver a este joven queriendo ser redentoristas, y convertirse en redentorista, sus tiempos jóvenes y su sacerdocio. El padre Bernard recibió su pronta formación en esta comunidad y en esta provincia en general, pero el verdadero milagro de su vida es la valentía con la que llevó a la congregación del Santísimo Redentor, a los redentoristas, de vuelta a Polonia. Estamos encantados de que los redentoristas estén allí hoy en día y estamos encantados de que los redentoristas sean un testimonio creíble de nuestro Señor y del Santísimo Redentor. Recemos unos por otros desde cualquier parte del mundo en la que estemos. Pidámosle a nuestra Madre del Perpetuo Socoro que nos sostenga fuertemente y nos asista, y pidámosle al Señor, nuestro Hermano, nuestro Santísimo Redentor, su ayuda mientras seguimos sus huellas por este camino. ¡Dios os bendiga a todos!

 

Autor: Richard Reid CSsR
Traductor: Carlos Diego Gutiérrez CSsR


* Debido a que el texto está sacado de materiales de vídeo más amplios que los publicados, es posible que algunas partes del texto puedan remitir a contenido no mostrado.

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