Modo de la evangelización: Una misión permanente
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Modo de la evangelización.
Raíces: Una misión permanente
Nuestro héroe llegó a Varsovia en febrero de 1787 en compañía del padre Tadeo Hübl y Enmanuel Kuntzmann, candidato a hermano coadjutor. Cuando llegaron a la ciudad, los redentoristas se presentaron al entonces nuncio apostólico, Ferdinando Saluzzo. Este hombre, nacido en Nápoles, no sólo conocía nuestra congregación, sino también al mismo fundador, a san Alfonso María de Ligorio. El jerarca condujo a los redentoristas hasta el rey Estanislao Augusto Poniatowski. El monarca apoyó el desarrollo de las ciencias y el arte. Cuando los redentoristas le dijeron que tenían la intención de quedarse en Varsovia sólo por un tiempo y que, más tarde, querían seguir adelante (como leemos en los documentos, hacia la Pomerania Sueca o hacia Bielorrusia), Poniatowski les propuso que se quedaran en la capital un poco más, por lo menos hasta que pasara el invierno, que ese año sería amenazante (los caminos estaban intransitables debido a las nevadas). Para pasar estos meses de estancia en Varsovia, los frailes se ocuparon de la hermandad de San Benon. Era una organización fundada en la primera mitad del siglo XVII por inmigrantes alemanes, que en ese tiempo eran muchos. La hermandad dirigía un orfanato y una escuela para niños de burgueses de origen alemán; sus miembros se ocupaban también de una iglesia bajo el patronato de San Benon.
Los redentoristas estuvieron de acuerdo en quedarse en Varsovia, para poner en orden la actividad llevada a cabo por la hermandad (que tenía grandes problemas internos) y del templo, que estaba demasiado descuidado. Inicialmente, los frailes vivían y trabajaban en la iglesia jesuita (la orden de los jesuitas había sido suprimida; hoy este lugar se encuentra cerca de la catedral de Varsovia). Sólo después de un año, una vez se hubo arreglado el piso, san Clemente y sus compañeros vivieron en la iglesia de san Benon.
Clemente enseguida amplió los estatutos de la hermandad y comenzó a aceptar en el orfanato y en la escuela no sólo a niños de familias alemanas, sino también polacas. En uno de los documentos escribió a las autoridades prusianas (desde el año 1796 los prusianos gobernaban en Varsovia): “no vamos a hacer ninguna distinción entre los niños que aceptamos en el orfanato. Basta sólo con que sean pobres, abandonados o huérfanos”.
El segundo lugar de trabajo de los redentoristas era, por supuesto, la iglesia de san Benon. Los frailes, en la Polonia de entonces, no podían dar misiones populares porque, en el periodo de la Ilustración, se era muy reacio a acercarse a este tipo de trabajo pastoral. Por ese motivo, Clemente organizó una pastoral en la iglesia de san Benon como modelo de misión permanente (así es como se llamó entonces a esta forma de evangelización). ¿En qué consistía? Cada día, pronto por la mañana, celebraban la Eucaristía (por aquel entonces las regulaciones sólo permitían celebrarla hasta el mediodía), con sermonen en alemán y polaco, y algunas veces en francés. Pasado el mediodía, llevaban a cabo diferentes tipos de oficios litúrgicos.
Otro tipo de labor misionera en Varsovia eran las actividades dirigidas a la conversión de los protestantes y los judíos. Estos primeros venían con gusto a la iglesia de san Benon, no porque se sintieran atraídos por la misa o la liturgia, sino por la música.
Bajo el reinado de los prusianos en Varsovia, se acabó con muchas de estas instituciones en las cuales podían actuar artistas o cantantes famosos. Los protestantes, entonces, encontraron un lugar donde podían tocar y cantar: precisamente la iglesia de san Benon. En los momentos de misas solemnes llegó a haber hasta 50 músicos que las acompañaban con instrumentos. Las liturgias se enriquecieron con arreglos realizados por la orquesta y el coro. San Clemente hizo mucho hincapié en que los oficios en la iglesia de san Benon fueran llevados de manera bella y de lo más solemne: con gran lujo decoraba todos los altares, intentó también que el servicio litúrgico fuera no sólo numeroso, sino también con un revestimiento bello. En la iglesia de san Benon, según la opinión de los contemporáneos, se celebraban las misas más bellas de Varsovia.
Los protestantes, atraídos por la música y el canto a la iglesia de san Benon, a menudo más tarde escuchaban los sermones. Por aquel entonces, se predicaban antes de misa. San Clemente se dio cuenta de que había oyentes que no eran católicos; por eso, intentaba explicar de manera clara y accesible las verdades de la fe católica. Más tarde, muchos de ellos, que venían a la iglesia a escuchar la música, se acercaban a san Clemente para tener discusiones teológicas. Estas conversaciones a menudo daban frutos de conversión.
San Clemente no se limitaba sólo a las discusiones con protestantes, sino que algunas veces las tenía también con judíos que vivían en Varsovia. Y en este colectivo se daban conversiones, aunque eran menos que en el caso de los cristianos reformadores.
Como curiosidad, un profesor que era profesor de Frederic Chopin también participaba en los conciertos organizados por los redentoristas. Como agradecimiento, compuso dos obras, que más tarde fueron interpretadas por músicos en la iglesia de san Benon.
Otro tipo de trabajo, muy difícil, pero también necesario, era el cuidado de las prostitutas que, desgraciadamente, en ese tiempo, en Varsovia, eran muchas. Polonia por aquel entonces era el escenario de numerosas guerras; por este motivo, muchas niñas y mujeres no tenían medios para vivir. Los redentoristas intentaban ayudarlas, así como encontrarles alguna ocupación decente que les permitiera llevar una vida honesta.
Los sacerdotes (especialmente san Clemente) deseaban fundar en Varsovia un convento de la Orden Redentorista, la rama femenina de la Congregación del Santísimo Redentor. Debía ser, en contraste con la orden de clausura ya existente, una comunidad activa. La intención de los frailes era establecer una orden, cuyas hermanas se ocuparan en gran medida de la formación y cuidado de las niñas pobres. Este proceso ya se llevaba a cabo, por supuesto, en la escuela para jóvenes pobres, la cual dirigían los redentoristas. Merece la pena recordar que la escuela para niñas fundada por san Clemente era el primer centro gratuito de este tipo en la historia de la educación nacional de Polonia. Anteriormente, existían todo tipo de orfanatos y escuelas privadas, donde las mujeres jóvenes podían recibir una educación, pero todo requería el pago de la tarifa correspondiente. Las familias pobres no podían permitírselo, por eso estos medios de formación para niñas eran tan necesarios. Se enseñaban muchas materias: escritura, lectura, historia, geografía, matemáticas y diferentes oficios. A los pocos años de existencia de esta institución, ya se había formado a casi trescientas niñas.
En cuanto a las escuelas para niños, en ellas llegaron a estudiar durante cierto tiempo hasta cuatrocientos jóvenes. Una curiosidad es que se formó en ellas (como se ve en las fuentes) a dos parientes de Estanislao Augusto Poniatowski (fueron Andrés y Estanislao); seguramente eran los hijos ilegítimos del monarca (el rey nunca se casó oficialmente). Incluso después de su abdicación y deportación a Grodno en el año 1795, Poniatowski escribía a Varsovia y preguntaba sobre el destino de estos chicos, los cuales, como escribía en sus cartas, “se educan en san Benon”.
Desgraciadamente, esta área de trabajo de los redentoristas, aunque tan importante y provechoso, encontró muchos enemigos, que intentaban con todas sus fuerzas destruir esta obra, e incluso deshacerse de los frailes de Varsovia. Desgraciadamente, al final lo consiguieron. En junio de 1808, los redentoristas desaparecieron de la ciudad, y su monasterio fue cerrado. De modo semejante ocurrió con todos sus proyectos: las escuelas y los orfanatos.
Autor: P. Adam Owczarski CSsR
Traductor: Carlos A. Diego Gutiérrez CSsR
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