La misión de la Congregación. El testimonio: San Alfonso María Ligorio
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La misión de la Congregación. El testimonio:
San Alfonso María Ligorio
Desde el principio de su servicio pastoral, san Alfonso María Ligorio abrazaba con cariño especial a los más pobres y abandonados espiritual y físicamente. A ellos también siguió siendo fiel hasta sus últimos días. “Siendo beneficiario de una luz divina – como escribe uno de sus biógrafos – durante toda su vida penetraba con sus ojos luminosos las oscuridades y reflexionaba sobre cómo podría darles luz.” Llenaba los días de su vida sacerdotal con la predicación intensiva y el servicio de la confesión. Llegó a ser un predicador, confesor y misionero muy buscado y valorado. Teniendo en cuenta a la gente sencilla, en su predicación dejaba de predicar de manera floreada y exquisita, como se predicaba entonces, y les transmitía,de manera simple, la profundidad y la belleza de la Palabra de Dios.
Alfonso, poco a poco, fue adquiriendo experiencia misionera. Junto con otros sacerdotes empezó a hacer cíclicamente misiones en ciudades pequeñas colindantes con la capital y en varios pueblos del Reino de Nápoles, donde se encontraba a gente mucho más pobre y abandonada que los niños descuidados de Nápoles.
Cansado de trabajar excesivamente, en mayo de 1730, junto con unos compañeros sacerdotes,pasó un tiempo en una ermita en Santa María dei Monti cerca de Scala, en la costa amalfitana. Justo allí encontró a unospastores pobres, que estaban dispersos por el campo y abandonados sin cuidado pastoral, sin la Palabra de Dios y sin los sacramentos. Esta experiencia de encuentro con los pobres pastores de poblados rurales, así como el recuerdo anterior de la miseria espiritual de las personas del hospital de los incurables en Nápoles,sumado a las capillas nocturnas que solía organizar, le ayuda a tomar la decisión de una nueva iniciativa apostólica. El total desamparo, en el cual permanecía esta gente sencilla, no le permitía dedicarle únicamente una misión temporal, sino que le exigía una presencia constante de la Iglesia que permitiría a estas personas sentirse realmente hijos de Dios.
Esta experiencia fue tan fuerte que el regreso de Alfonso a Nápoles no fue completo:dejó su corazón con la gente abandonada, cuya situación le tocó mucho interiormente. Su biógrafo lo escribió así: “Cuando se fue, por seguro no tomó consigo su corazón de Santa María dei Monti, ni abandonó sus queridos pastores. Recordando sus necesidades, lloraba y pedía a Dios que eligiera de entre los hijos de Abrahán a alguien que estuviera interesado por su situación”.
San Alfonso, reconociendo el estado de esta gente,al mismo tiempo se dio cuenta deque estos pobres, abandonados religiosamente, a menudo, más que un pan, deseaban a Dios. Decidió entonces actuar y por eso consultó a varias personas para estar seguro de la voluntad de Dios. Hizo el voto de sacrificarse para la evangelización de los pobres y abandonados, al cual permaneció fiel hasta el fin de su larga vida.
El 9 de octubre 1732 san Alfonso fundó la Congregación del Santísimo Redentor, cuyo objetivo es seguir el ejemplo de Jesucristo y proclamar el Evangelio a los pobres. Desde entonces se dedicó totalmente a su misión y puso todas sus capacidades al servicio de este objetivo. Tras descubrir a quiénestaba llamado a servir, Alfonso entendió que todos sus esfuerzos y talentos deberían estar subordinados a un objetivo: los pobres y abandonadosespiritualmente. Como músico y escritor, compuso unas sencillas meditaciones y canciones populares;como misionero, creó la idea de “vita devota” para continuar los efectos de misión;siendo teólogo moralista enseñaba a los confesores que fueran para los abandonados como siervos de la misericordia y no de la justicia;como predicador, introdujo un simple estilo de predicación y animación misionera;cuando fue obispo, alimentaba a los hambrientos durante los tiempos de carestía. Toda su actividad tenía un objetivo: llevar el Evangelio a los más pobres y abandonadosespiritualmente.
A partir de las palabras “En él la redención es abundante” hizo el lema de la Congregación. Las misiones populares eran la forma principal de la actividad redentorista, y, en cierta manera, eran la realización de los deseos más grandes de san Alfonso. La idea central de su vida y servicio era: la perfección para el pueblo. Aunque al principiollevaba a cabo esta idea mediante las capillas nocturnas, porque estaba dedicada a los más pobres de la sociedad de Nápoles, sin embargo, lo que le llamaba la atención a san Alfonso era la evangelización de la gente pobre que vivía en zonas rurales.
Alfonso quería que los redentoristas establecieran sus casas dentro de las diócesis para que viviesen la experiencia de las personas pobres que allí vivían. La cercanía con los pobres debía animar a los misioneros auna solidaridad verdadera para que tuviesen amor pastoral. Una comunidad redentorista ha de ser un tipo de centro que transmite la esperanza y que atrae por su perpetuo dinamismo apostólico. De ella salen los cohermanos a predicar las misiones dedicadas a los más pobres y abandonados,y a ella vuelven estospara escuchar la Palabra de Dios y sacar frutos de sus dones sacramentales.
Poner el foco en la evangelizaciónde los pobres es un elemento esencial de la espiritualidad misionera de los redentoristas. Desde su experiencia, san Alfonso sabía que, a partir del amor a Jesucristo, el misionero debe tener un gran amor a la gente pobre, especialmente a los pecadores. Sólo este tipo de respuesta del misionero puede satisfacer a las personas necesitadas. El amor a Jesús se realiza de manera concreta en la solidaridad con los pobres, junto con la predicación directa de la Palabra de Dios a los pobres,que es destinada a la conversión,apoyando sus derechos fundamentales de justicia y libertad.
San Alfonso expresó su opinión de esta manera: “El que es llamado a la Congregación del Santísimo Redentor nunca será un verdadero discípulo que sigue a Jesús, y nunca llegará a ser un santo, hasta que no cumpla el objetivo de su vocación y tenga el espíritu de la Congregación, que es la salvación de las almas y especialmente de las almas más privadas de la ayuda espiritual,es decir, las personas del campo. Con este objetivo bajó a la tierra el Redentor que dijo: El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido para dar la Buena Nueva a los pobres (Lc 4,18)”.
La espiritualidad redentorista está inseparablemente conectada a la misión de los redentoristas, que se expresa en “la preferencia por las situaciones de necesidad pastoral, la evangelización propiamente dicha y la opción por los pobres” (Constitución 5). Por medio de su profesión religiosa, que está dirigidaa la evangelización, “todos los Redentoristas son verdaderamente misioneros”(Constitución 55). Esta constitución muestra de qué manera la misión, entendida en su totalidad, abarca, une y da vida a todos los aspectos de la vida delmisionero redentorista y cada servicio en favor de la Redención, sea cual sea el tipo de actividad llevada a caboo el testimonio dado.
Al final, vale la pena mencionar palabras que san Alfonsopuso en una de sus cartas a los cohermanos: “El amor de Jesucristo nos obliga y empuja contra un muro, para que le amemos y hagamos que sea amado por los demás”. En ella expresa la profunda convicción del Fundador de que el misionero redentorista no puede responder franca y totalmente a su vocación de evangelizar a los pobres, siantes no está lleno del verdadero amor de Jesús. Es precisamentedeeste amor a Cristo Redentor, y no sólo de una compasión humana, de donde proviene el amor a los pobres que constituye la opción básica de los redentoristas.
Preguntas para reflexionar:
¿Qué me enseña la experiencia de san Alfonso y su opción por los pobres?
¿Cómo desarrollo mi sensibilidad hacia las necesidades de la gente pobre y abandonada de hoy en día?
¿Cómo podemos ayudarnosmutuamentea vivir, con mayor entusiasmo, nuestradedicacióntotal a Cristo y a la obra de la evangelización de los pobres?
Autor: o. Sylwester Cabała CSsR
Traductor: Hubert Starzycki CSsR
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